NADIE VIVE PARA SÍ
“Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el bien de los otros” (Filipenses 2:4).
En cierta ocasión el científico suizo Louis Agassiz y su hermano menor tenían que llevarle algo a su padre. Sin embargo, para poder cumplir la orden de su progenitora, tenían que atravesar un lago que estaba hecho todo un bloque de hielo. Tras haber analizado la situación, decidieron lanzarse a la aventura bajo la mirada protectora de su madre. Cuando casi estaban llegando al lado opuesto, la madre logró divisar una grieta muy amplia que se hallaba delante de ellos. Louis no tuvo problemas para saltar la brecha del lago; no obstante, su hermano menor era muy pequeño y no tenía la capacidad de cruzar la abertura por sí mismo como lo había hecho su hermano mayor. La madre, que veía con expectación lo que estaba pasando, solo atinó a exclamar: “¡El pequeño caerá en el agua y se ahogará! No puede dar un salto tan largo”.
Entonces, sucedió lo inesperado: Louis se extendió por encima de la grieta y logró fijar sus manos hasta donde se encontraba su hermano menor. Su cuerpo sirvió de puente para que el más pequeño cruzara, y de esa forma evitó que su herma- nito cayera en las gélidas aguas (Samuel Vita, Enciclopedia de anécdotas e ilustraciones, p. 60).
No me cabe la menor duda de que Louis constituye un noble ejemplo de altruismo. ¿Qué significa esa palabra? El Diccionario de la Real Academia la define así: “Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio”. Muchos no tenemos problemas en hacer bien a los demás; sin embargo, si ayudar a otros pone en riesgo nuestra propia seguridad, ¿estaríamos dispuestos a seguir adelante? Eso fue lo que hizo Louis. Procuró el bien de su hermano al tratar de evitar que este cayera en el lago; pero para hacerlo se arriesgó él mismo a caer en el lago.
Para ser altruista hay que quebrar el poder que tiene el “Yo”. Hay que aceptar y poner en práctica la instrucción bíblica: “Ninguno de nosotros vive para sí mismo” (Romanos 14:7). Es una declaración tajante, absoluta, clara. No hagas de ti mismo el centro de tu propia existencia. Más bien procura hoy y siempre ser un ejemplo viviente de altruismo, como lo fue Jesús.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco.
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